ASUNTOS DEL CORAZÓN

HERNÁN DÍAZ

Septiembre 29 a Octubre 31 de 2015

MI VIDA TRANSCURRE EN UN LUGAR LLAMADO COLOMBIA, donde no hay estaciones rigurosas y las auroras ocurren todos los días a las seis de la mañana y las noches llenas de estrellas comienzan al ponerse el sol a las seis de la tarde. Cada año, la longitud de mi sombra me recuerda que el sol ha llegado a su máxima inclinación eclíptica sobre el trópico de Cáncer; y septiembre, cuando pasan las aves migratorias, me indica que ha llegado a su máxima inclinación sobre el trópico de Capricornio. Mis derechos territoriales sobre la línea ecuatorial me prometen un año tibio y verde, me aseguran que cumplirán el sol, la lluvia y las cosechas. Habitamos la luz y los mares. Mi norte es el Atlántico y el mar Caribe, mi occidente es el océano Pacífico, mi sur toda la América y mi oriente Venezuela y Brasil, de la misma sangre, el mismo color y la misma rebeldía. Las coordenadas de mi mapa se trazan desde Leticia, a la orilla del río Amazonas, hasta la isla de Serranilla, en el Caribe; desde el cabo de la Vela, en La Guajira, hasta el peñón de Malpelo, en el océano Pacífico. De Colombia, inmensa y generosa, abierta al mundo y centro del planeta, se dice que puede alimentar a todo un continente. El invierno habita en las nieves perpetuas de las cordilleras, la primavera eterna en Medellín y Cali, el dulce otoño en Bogotá y el verano canicular en los litorales y en las vegas del río Magdalena. Estas cuatro estaciones se pueden visitar en un día, cualquier día del año.